jueves, 17 de octubre de 2013

"Intentos (su) realistas"


La alegría lo motivó como cuando era niño, y, principalmente, vagaba en su mente. Las letras precisas viajaban como esa noche en que el color morado se puso de moda. La vida que eligió sabía a 1000 kg. de manjarblanco con leche condensada de ninguna marca. La sombra iba desapareciendo como esa luz humeante que se desplazaba en su subconsciente pueril, y sólo suyo. Sonrió y miró sin observar, porque pensaba que eran dos cosas distintas, lo que había a su alrededor, y sintió lo que sentía cuando de niño las flores tenían otro color, menos el que todos esperaban. La palabra exacta no iba con él, porque la perfección solamente existía en el papel, el que era idealista, y utópico.

Las aves solo volaban en su cerebro, y abrazaban lo que podían, cada vez que se acercaba el verano. La luna acogió a sus hijos en general, y los dejó en cierto lago inexistente. Los espacios solamente rebotaron en esa pared que creó, para equilibrar su vida. Los conejos mentales que imaginó a los seis años lo empujaron, para que se convenciera de que había cosas por las que valía la pena vivir. Los números que trataba de recordar estaban bloqueados por las palabras que habían alzado esas nubes de concreto azul que empezaron a hacer que las cosas, como eran redondas, volaran en más direcciones suyas, y sólo suyas.

Las limitaciones que lo querían cuadricular lo seguían día, y noche. Él, a pesar de esto, armaba muchos rompecabezas rojos, mientras la lámpara que iluminaba su quinta mente avanzaba con calma en un mundo material, y materialista, por cierto. Las lágrimas se secaban con alegrías que estabilizaban su sistema de vida, el que del uno al diez estaba ubicado en el número cinco. Esta cantidad fue la que lo siguió internamente, y todos los días de su vida, para poder convivir con un planeta prestado, y de papel, según lo que le dijo su padre en la primavera del 68'.













Las lágrimas quedaron atrás, cuando los colores empezaron a pintar los espacios blancos, y negros. "Era verdad esa vaina...será, pues", concluyó el Mago de la Sombra el día en que sus ojos se abrieron más que nunca y traspasaron 56 fronteras mentales, las que se habían encaprichado con la perfección, y con el olvido.






- Será motivo...le pondré huevos - reflexionó la noche en que los balazos sobre la realidad abrieron el camino de la motivación, la que lo indujo a pensar cosas tan fantásticas como la realización de utopías mentales y pueriles, las que eran suyas, y sólo suyas.












No dejó que más tiempo pasara, porque necesitaba ver al águila que se quería transformar en cóndor. "Ese con algún día entenderá cómo es la movida mundial", sentenció el Magazo, quien ya se encontraba en su vigésima octava mente, la que estaba blindada no sólo por objetos hermosos, sino también por emociones doradas. Él sabía que las luces eran fuertes, y movían a una gran cantidad de personas que lo miraban diariamente como si fuera alguien importante por las miradas rojas que lloverían en el 2014. Él se encontraba en el 2009, pero los resplandores mostraban el futuro como si fuera a darse de una forma rápida.

- Mierdaaa - pensó internamente para que Llollué leyera su mente, la que estaba haciendo hasta lo imposible, para que la telepatía empezara a funcionar en un mundo con millones de ideas, pero con pocos resultados concretos.





Llollué recién pensó en el Mago, cuando estaba buscando piedras en el horizonte de su octava mente suya, y sólo suya. Y eso que no estaban bromeando los dos. Las estrellas que ellos miraban , como decía una canción que fue creada para el sistema que se venció antes del 2012, eran las únicas que los juntaban de noche y cuando en sus mentes lo lúgubre rompía esquemas mentales, como antes, y como después. "¿En qué estará el Magazo? Ese conchee...", reflexionó Llollué, mientras el Mago miraba a un ser muerto que había encontrado en la realidad, pero pegado a la selva de cemento.

- Nuu...- pronunció de una forma triste, y puerial el Mago, mientras 800 lágrimas de acero lubricaban su alma, para que ella no muriera de pena. Otra vez un factor externo más había hecho que él se equilibrara, como habría dicho aquél teórico virtual, según su experiencia, en esa pantalla colorida, y adecuada a la realidad del siglo XXI.










Felizmente, el Mago sólo estaba de acuerdo con la mitad de lo que decía ese pensador que tenía la idea de que los psicodélicos eran la solución a todos los problemas. "No, está locazo ese tío", pensó como humano el mencionado personaje de este cuento raro, pero con explicación, para las mentes abiertas.



El Mago, siempre el mago. Sus manos se habían vuelto esquizofrénicas y no podían hacer nada ante tanta belleza como la que había visto el día anterior, y como la que vería siempre. El primer coito interruptus no lo detuvo, y, más bien, hizo que calculara todo, mientras se acordaba de su amigo jamaiquino, quien le había dicho que por más que lo lúgubre hubiera roto esquemas mentales, la vida en sí era una ruptura, para todos, los que merecían más de lo que tenían.





- Estos titis, píntenme la cancha - bombardeó el Mago en un intento más por lograr que la telepatía se diera entre personas que necesitaban un cambio, y una nueva visión de las cosas.

Nadie le respondió, pero no se puso triste, porque sabía que, a fin de cuentas, todo seguiría dándose de la misma manera por la naturaleza de los humanos, los que hacían y deshacían sentimientos, ideas, y cosas en su intento de mejorar y empeorar a la vez las cosas. "Así será siempre, no somos dioses, sino animales con raciocinio", concluyó el Mago, mientras su mente se acercaba a su último paraíso, el que se encontraba en el puesto número 99.















Cuando el Mago arribó a su mente número 100, solamente decidió morir de acuerdo a la realidad social. Sus ojos se llenaron de mares verdes, mientras el motor de su equipo se quedaba sin baterías. Él sabía que en el siguiente episodio las cosas serían distintas, porque elegiría ser una ardilla de campo. "Iré al África, será motivo, pum, pum", concluyó mientras la energía de su consciencia viajaba a través de canales suyos, y sólo suyos donde la vida sería más calmada en un mundo raro, pero con explicación.












Mares infinitos, como la ser creadora natural


Eres la mujer de la ventana azul que durmió en su alcoba llena de mares verdes.

Arcoiris subjetivo


El mundo no estaba preparado, para él.

De mago a mago (mano a mano)


Cuando se vieron, se dieron cuenta de que todo lo que dijeran no sería una novedad, sino frases que definirían una situación clara, para el mago menor. "No creo que me diga algo nuevo", especuló el joven que presentía cascadas, y sentía lagos. Aunque no se parecían, había temas que tenían en común. El recién ascendido a adulto menor a los 20 años estaba aprendiendo que los presentimientos eran el pan de cada día y el hombre de 34 que tenía una familia medianamente funcional sabía que debía hablar con calma sobre el futuro, ya que gracias a él su esposa, sus hijos, y él comían.


"Este chico es muy extraño...le voy a decir cosas que seguramente piensa, pero no las cree del todo", pensó el mago mayor, mientras barajaba las cartas que harían que el mago menor se diera cuenta de que todo lo que pensaba hacía años era verdad.


- Hola, siéntate -preguntó el mago mayor con mucha seriedad, porque presintió con quién se había topado en la vida.

- Hola, ¿qué tal? - respondió y preguntó a la vez el mago menor con un poco de nerviosismo, y de resquemor.

- Bien...¿tú?

- Bien, con calor, no más.

- Ya, corta las cartas en tres.

- Ya.


Mientras separaba las cartas, el mago menor, para no perder la costumbre, separó el mazo de una forma poco usual, para que el mago mayor se impresionara ante la actitudad del joven que presentía lo que sucedía y lo que acontecería en su vida por haber desarrollado sus lados izquierdos del corazón, y cerebro en una especie también consciente, pero sintiente de infinitas maneras, aunque ello fuera visto como algo paradójico por el mago menor, quien buscaba el balance emocional en su vida mediante una cuerda imaginaria que construía cada día desde su mente hacia su proyección mejorada, y pulida, para así dejar su cuerpo secundario en el plano terrestre, en este caso.

Música, engreimientos, acuerdos, y escasez de desarrollo socioemocional


Escuchaba a Alice in Chains, un grupo de música grunge conocido en los años noventa, y empecé a acordarme de lo que había sucedido el día anterior en el bus de transporte público. Después de unos minutos, escucho Human Behavior de Bjork. El martes 28 de Abril me encontraba en el bus mencionado y una adolescente (porque eso me dio a entender) le quiso pagar un sol al cobrador del bus a las doce, y media de la noche. Para colmo, le dijo que quería que le cobre medio pasaje, porque era universitaria. Yo le pagué un nuevo sol con cincuenta céntimos, y le dije al cobrador que a esa hora no era correcto cobrar menos. La chica me preguntó que qué mierda me metía, y le dije que no estaba hablando con ella, lo cual era verdad, aunque haya sonado a que me burlaba de ella. La discusión empezó, y no paró hasta cinco mins. después. No es necesario comentar los detalles de la misma, porque de lo que se trata aquí es de demostrar cuán bajo es el nivel intectual, y emocional de personas como esa muchacha, quien, por engreimiento, decidió que debía tratar mal a la persona que cobraba los pasajes en el medio de transporte mencionado solo porque pensó que podía hacer lo que le daba la gana. Más allá de que no estamos de acuerdo con ciertos comportamientos de los individuos que se encargan del transporte público, no podemos tratarlos como si no existieran. Además, las empresas privadas tienen el control del tema transporte público terrestre, y no podemos imponerles una tarifa determinada, sino que debemos llegar aceptar la que ellas nos digan, como una vez me dijo el antropólogo César Zamalloa. Más allá de eso, me parece que se trata de lidiar con todas las personas, para llegar a acuerdos en una época en la que la crisis se ha generalizado, y los intentos por mejorar las cosas escasean como el agua en el mundo.

56 caballos ajenos, y lejanos


Miró el esplendor de la máquinas que morían, y tuvo la sensación de que las cosas se irían acabando con el tiempo. "Se van a morir todos por dentro...es la realidad, aunque les joda a muchos", concluyó el día en que las aves se deslizaron de una manera intranquila en el bosque de la soledad eterna.

Eusebio de recreo (energía elevada el cubo)








Él era una persona que dibujaba paredes verdes en un espacio de su mente que él sólo tenía a comparación de las demás personas. Ese escenario personal atrasaba los vuelos internos en los que sus emociones e ideas hacían que viajara lejos sin que nadie supiera a dónde. Nadie más que él pensaba en esas cosas tan suyas que hacían que a veces navegara en algún ángulo cinematográfico que él había creado en la cueva de sus susurros mágicos.

"¿Qué es eso?", pensó Eusebio el día en que sus demás compañeros se acercaron, y se alejaron de los montes citadinos en los que las profundidades no estaban hechas ni de agua ni de aire. Sólo eran pequeñas nubes rosadas que se habían mezclado con un elemento químico que había empezado a flotar en el área 45 de su cerebro, la que no dejaba de ir hacia universos mentales que estaban compuestos de partículas que producían energía, a pesar del escepticismo de la mayoría de personas que vivían alrededor de su espacio físico.


















La mañana en que ella estacionó su mirada en aquella cámara fotográfica marca soledad interna, sus ojos realizaron una marcha fúnebre que despertó las mentes de personas que deseaban ir más allá, pero con fundamentos que tuvieran un sentido correctamente funcional, pese al sinsentido de esa "vida" creada por los océanos que tenían colores que no habían sido vistos, sino por Marola, la muchacha que se vistió con trajes imaginarios que solo ella podía usar, porque nadie tenía la capacidad de ver lo que ella tenía en el cerebro. Gracias a la forma en que manejaba las cosas, era vista como una mujer rara solamente por sentir que podía crear sus vestimentas ideales en un mundo real en que las cosas eran asimiladas por muchos, pero entendidas por pocos. "Anoche soñé con aves que tenían formas de serpientes", recordó ella al percatarse de la sombra que la había seguido durante unos segundos que parecieron tres vidas vividas de la misma manera por la influencia de la energía elevada al cubo que sudaba aire, y respiraba litros de mares con seres que evolucionaban e involucionaban, incluso.












Eusebio, y Marola se conocieron, cuando el sol decidió no salir nunca más. La movida los llevó a 45000 kilómetros de distancia que sólo ellos dos entendieron en un mundo en el que la consciencia era lo principal, para ellos. "El otro día me dijeron que estoy loco por tener consciencia, ja, ja", rió él mientras ella apreciaba la vigésima mente de él, la que estaba ordenada, para poder vivir en ese planeta con muchos humanos, y pocos perros citadinos.


La locura empezó a formar parte de sus vidas, cuando él decidió que fuera su compañera, la que lo seguía, cuando él quería. Él era racional, pero pensaba que debía equilibrar la coherencia con los 1500 grados de insensatez que lo habían absorvido en ese mundo extraño, para él y para todos, por cierto. Lo que sí era percibido por los demás seres vivos era que había una gran cantidad de pensamientos que corrían a una velocidad importante, y única, como ese mago de la sombra que tenía en su interior. "Se' concha, sí, sí", concluyó Eusebio la noche en que los últimos balazos sobre la realidad mental, y física empezaron a aparecer ante la atenta mirada de todos, los que, resignados, se empezaron a dar cuenta de que a veces la razón pesaba más que las emociones, sobre todo cuando hablaban de la Tierra, la que no tenía la culpa de que hablaran de ella como si hubiera sido creada por algún Dios antropomorfo maquinado en el cerebro de la primera persona que pensó que ello era factible no sólo para manipular negativamente, sino también para mantener tranquila a la gente en general.





La vida empezó a ser tomada desde otra perspectiva, cuando los trasfondos empezaron a inundar los medios de comunicación tomados por la democradura mezclada con la dictablanda. "Elige el mal menor, por favor", sentenció Eusebio, mientras el recreo en que se encontraba abría la mente de ella y de un amigo suyo con quien tenía similitudes, y diferencias al mismo tiempo.

- A ver, pues - señaló ella mientras él encendía un cigarrillo.

- Bueno ("bueno, bueno", pensó mientras trataba de comunicarse mentalmente con algún amigo suyo), ya sabes cómo son las cosas. Lo importante es seguir adelante - resumió ante la atentísima mirada de Marola.

- Ya, pues, será - concluyó ante la sorpresa de él.

- Qué paja, será motivo.

-Claro, es lo justo para los dos.


Y así fue porque debía darse de esa forma. En ese momento, sólo era cuestión de que no sólo se miraran, sino, además, en ese instante debían besarse para siempre.


Cuando Eusebio y Marola se dieron cuenta de que habían amarrado sus egos, decidieron navegar de un modo distinto, pero suyo, y sólo suyo.







miércoles, 16 de octubre de 2013

Un lunes con Luigi, y Lutio








Esa mañana fue distinta, pero entretenida. Las máquinas cerebrales empezaron a avanzar como aquella vez en que los colores empezaron a confundirse entre 1500 millones de neuronas y hormonas que hicieron que la adolescencia se disfrazara de tensión, la que se deslizaba entre muchas ideas, y emociones catárticas suyas y sólo suyas.














"Un lunes, por favor", pidió con sarcasmo Lutio, quien era conocido por navegar en su vigésima octava mente, cada vez que acudía a ese lugar en el que los mares olían a rumor y la vida avanzaba de a pocos sin que ellos presintieran que el individualismo los terminaría devorando en los espacios en que las recurrentes sombras internas los hacían madurar en un mundo extraño, y extraño para ellos.


Luigi era como debía ser. Las lecturas sobre la vida le habían hecho pensar que su alma católica debía ir al ritmo de su familia, la que lo había convertido en un ser alegre, pero impulsivo. "¡Carajoo!", reclamó el día en que los océanos empezaron a cambiar de color en su mente diferente, pero formal.














Lutio, como siempre, paseaba por el malecón que lo llevó a soñar con el color rosado que lo transformó en un lago con sabor, y olor a vainilla. "Ya fue, brother", dijo el día en que entendió que las interacciones sociales debían fluir en ciertos momentos. Sus obsesiones, como las de sus demás amigos con los que había estudiado en la guardería-escuela-club, lo persiguieron hasta el día de su muerte. Ese tipo de problemas eran normales en personas que habían sufrido por ser construcciones sociales, y familiares. A fin de cuentas, los seres humanos siempre habían sido imperfectos. El problema era la falta de voluntad de una cierta cantidad de personas que no sólo no querían ser más conscientes de la realidad mundial, sino también no querían dejar a un lado el individualismo exacerbado que los había llevado a cometer acciones egoístas. En el fondo, no sólo se daba aquella situación por miedo, sino, además, por falta de compromiso con un mundo que siempre les habían prestado los átomos que no solamente se encontraban en sus cuerpos, sino también alrededor de ellos.


Jamás hubo magia entre ellos. Todo avanzaba como ese balón rosado que los hizo ir hacia adelante. Ellos eran niños tradicionales, y conservadores. Las energías internas que los seguían día y noche hacían que ellos retrocedieran para evitar problemas familiares enormes como los monstruos que habían hecho que no durmieran cuando tenían cuatro años. ¡"Carajoo"!, pensó Luigi al percatarse de que estaba reflejándose en el espejo en el que jamás quiso verse: el de su padre.


Lutio estaba incómodo, pero sabía que el futuro sería mejor. Por eso, nadaba en su mente y era "caleta", como él mismo pensaba, cuando su lado natural le reclamaba no sólo un mayor apego a los animales, a las plantas, y al mundo, sino también una búsqueda más intensa de lo que él siempre anheló: la libertad eterna, la que era individual, a final de cuentas.









"Alana", sentenció el Mago de la Sombra como cuando en 1879 decidió parecerse a su maestro en aquella otra vida en la que la luz, como siempre, lo había esperado día y noche para, decirle que "bueno, las cosas andan así, y asá, magazo, pero, bueno, se trata de ver todo en perspectiva". Eso esperó la madrugada en que sus ojos se abrieron tanto que no pudo ver los colores que aún no habían sido inventados. "Será, pues, será", concluyó el Mago, mientras Lutio, y Luigi se aburrían, porque los cigarrillos se habían acabado.








- Vamos a comprar puchos, pes', won' - sugirió Luigi al darse cuenta de que sus pulmones estaban bien otra vez.




- Sí, brother, al toque que tengo que zafar en un rato...alucina - concluyó Lutio ante la atenta mirada de los hombres para los demás.




- Ya, pe', será motivo, cápsulas - se adelantó al futuro el Mago, quien sólo quería que todos lo pasaran muy bien en un planeta en el que los condicionamientos sociales perdían la validez que siempre habían tenido, mientras la tierra botaba a los seres humanos que estaban malogrando lo que les habían regalado.




- Querrás decir causas, Mago, ja, ja, ja - reflexionó sarcásticamente Lutio, como antes, y como después para hacer ver que era un muchacho fuerte, aunque sólo fuera un muchacho de 21 años.



El camino del cáncer empezó a trazarse, mientras las cámaras escondidas que habían colocado los Jesuitas en una ciudad tan grande y tan pequeña a la vez se vestían, para ser aceptadas por un sistema-antisistema en el que la constitución era una forma anárquica de decirle a la sociedad que hiciera lo que mejor pudiera, para salir adelante en un país difícil para todos, todo, y nada, incluso.



Esa verja que cruzó Luigi lo sentenció a una cadena perpetua individual, cuando el zorro lo empujó sin alzarlo con unas alas que el viento jamás quiso que crecieran, y fueran más allá. La ilegalidad en un terreno estatal y legal, además, se adueñó de todos los que en ese momento sentían que debían ser más pendejos que los militares, quienes, por cierto, tenían armas, y no ideas. Lutio nunca se enteró de esto, porque él estaba en su quinta mente disfrutando de la vida, y de la muerte. Este contraste siempre hizo que no pudiera reencarnarse varias veces. Esas otras vidas habrían hecho que él fuera humano en muchas ocasiones. Su energía, llamada mundo de las ideas por los filósofos de aquella existencia, quería ser animal, persona, planta, y objeto material. Por eso, él hacía las cosas de esa forma tan peculiar. "Porque así soy, pe'", reaccionó a la defensiva internamente, mientras encendía un cigarrillo, como los que Media Verónica prendió en ese lugar natural, y repleto de perfección, además.


















"Un lunes, Lutio...pongámosle huevos por el motivo de vernos", reflexionó Luigi, al ver que Lutio estaba analizando la condición humana de un grupo de personas que lo habían hecho declinar en cuanto a ciertas cosas en algunos momentos de su existencia.

- ¿Tú crees, won'?- preguntó de una forma definitiva Lutio, mientras Gluis encendía un cigarrillo que tenía colores muy lúgubres.



- Claro, claro, compare', así es la huevada.



- Si a ti te parece bien, chévere, broster...a mí no me cuadra eso...alucina.



- Bueno, haz lo que mejor te parezca, como en el cole, solo que ahora tienes más años.



- Sí, pues, así será.






En ese preciso instante, el Mago de la Sombra estaba viajando a Júpiter, mientras sus dos amigos de la vida infantil, que en algún momento tuvo una forma física diferente, veían un balón mental que se acercaba a ellos.






- ¿Cuándo vamos a jugar, compadre? Me cago de ganas por tirarme, y ser libre - sentenció sin querer hacerlo, Luigi, mientras el Mago, y Lutio compartían cosas materiales bilaterales.



- Yo le meto, cápsula, tú ya sabes cómo es la movida, este con - confirmó el Mago ante la atenta mirada de Lutio, mientras el último lo abrazaba para siempre, y para tenerlo cerca, cada vez que fuera necesario.



- Dale con lo de cápsula otra vez, oe', ja, ja, ja...¿quién te enseñó esa huevada, broster? - preguntó Lutio, mientras el Mago empezaba a esbozar una sonrisa precisa para un momento tan exacto como ese.



- Sí, pue', pum, pum, estos istis - reflexionó a su manera el Mago, mientras sus amigos se reían de los viajes verbales y mentales en los que se encontraba en ese momento su compañero de aulas, y situaciones de todo tipo.



- ¿Qué acabas de decir, huevón? - preguntó Luigi, mientras sus cejas legales juzgaban a un niño-duende vestido con muchos alfajores, los que alimentaban a una cantidad importante de niños.



- Sí, pues, este, estos istis conchas de su madres. Esa es la explicación, por si acaso. Digo eso porque me parece una forma cariñosa de tratar a la gente con la que tengo confianza.



- Siempre estuviste locazo, pero eres un broster paja, Mago - sentenció Lutio mientras Luigi trataba de cerrar su boca cerrada como su mente legal, y occidental.



- Mientras todo tenga un sentido, no hay problema, como diría el teórico Levi - Strauss.



- ¿Qué, el de los jeans? - preguntó de un modo inocente Luigi.



- No, ja, ja, el pata del que hablo era un pensador, y un teórico.



- Manya, has estado leyendo... - afirmó de una manera sarcástica Lutio.



- Así parece, ja, ja - concluyó el Mago.






Cuando las nubes empezaron a tornarse de azul, rojo, y morado, los tres decidieron caminar en silencio hacia alguna sombra que los equilibrara después de tantos momentos hilarantes, como en algún momento dijo un teórico con el que el Mago había hablado en su sueño número 9150.

"Ese con, la muerte el hombre", reflexionó internamente el Mago, mientras la noche empezaba a capturar a esos tres sujetos de estudio por la antropología, la psicología, y la sociología, las que gozaban gracias a la crisis generalizada en la que se encontraba la humanidad en ese contexto histórico mundial en que se encontraba el ser humano.




- Sí, sí, pum, pum, esos qiums - volvió a analizar el Magazo ante la mirada de alguien que no estaba allí, pero se encontraba en las mentes de miles de millones de personas.


- Sí, pue', será motivo - le manifestó a la décima tercera mente del viento ese Mago que a veces estaba en la sombra, y en las demás ocasiones de la "vida" mental se encontraba dando vueltas en una bicicleta increíble que le prestó su amigo Ciencias Sociales.


- SAL- pronunció mentalmente el Mago, para que Ciencias Sociales sintiera, aunque fuera un escalofrío que hiciera que su nombre, y la vida que había elegido tener fueran más allá de los 250 000 kilómetros que había decidido surcar en Surco.





Después de haber incluido el párrafo anterior, Lutio y Luigi decidieron ir a dormir, porque el Mago estaba navegando en su vigésima mente, la que tenía una orilla precisa, para él, porque muchas ramas podían afectarlo, si no iba con su pala cerebral, y urgaba en terrenos que sólo debían ser suyos y sólo suyos en un mundo donde el colectivismo, y el individualismo debían ir de la mano.






El mar era grande en la décima tercera orilla del Magazo. "Sí, sí, estos cons", reflexionó él, mientras los demás estaban enfocados en cosas realmente suyas y sólo suyas sin que entendieran qué era lo que realmente debía pasar en un mundo prestado, y solamente del espacio. "Ala, será motivo, pec'", concluyó antes de que 75 balazos, que eran de la realidad, cayeran lentamente, y ante la soledad de la luna, quien jamás la había juzgado por ser como debía ser: un ser humano más en evolución mental.









La lápida en la que floreció mi mano




La transparencia atravesó las luces que tenían una cantidad infinita de colores. "Este con", pensó el Mago de la Sombra, cuando se dio cuenta de que la vida avanzaba al ritmo de los camiones esotéricos de los que alguna vez le habló una mujer llamada Infracción. En el fondo, aquella persona, que le había entregado dos tesoros invaluables, sabía que debía actuar de una manera determinada, pero no se atrevía por miedo a ir más allá de lo que el sistema, y la sociedad le decían que haga.

"Me siento bien, a pesar de todo", pensó él al darse cuenta de que las había descubierto un lago repleto de frutas que harían que él siempre recordara lo que siempre soñó: plenitud y armonía, pero a lo que se le podía dar un sentido, según algún teórico que conoció en otras vidas mediante comentarios, y textos escritos en el viento azul que creó todo lo que veía en esos momentos.






Últimos balazos antes del anochecer


La jallaca de los moyacos diezmó a los torracos.















Significado de las palabras que están en negrita:
- Jallaca: Ego.




- Moyacos: Seres humanos.




- Torracos: creyentes.




En medio del blanco, y el negro


Los procedimientos sociales hicieron que las personas se guiaran por un colectivismo falso. "Anda no más, no pasa nada", pronunció Jeil, al darse cuenta de que su amigo Lile no quería acudir al Mar Negro en que las nubes plomas se habían apoderado de una cierta parte de la especie, la que creía que dominaba el mundo solo porque tenía tecnología.

Cuando aquél mar se abrió en dos, volvieron a nacer 1800 millones de seres , los que avanzaron durante una milésima de segundo. "Lávate las manos en aquél espacio donde hay agua", recomendó Jeil a Lile, quien sentía que debía ir más lejos que todo lo que había observado.

- ¿Qué, tú dices? - sentenció Lile al verse desnudo en los brazos de su madre, la que jamás vio lo que no quería ver.

- ¿Qué, tú sentencias? - escupió Jeil cuando se dio cuenta de que una nube oscura estaba cerrando la ventana que había llevado a todos a lo de siempre: la imperfección constitucional.

- Claro, porque no sabes dónde estás parada, y si sigues así, siempre sufrirás - sentenció Lile, mientras su tercera mente alumbraba el lugar en el que se encontraban.
- ...
- Es la verdad, tienes que ir más allá para no ser como la mayoría. Además, tú sabes qué es lo que debes hacer para ser realmente feliz.
- ...

Mientras Lile fruncía el ceño, Jeil se sumergió en su vigésimo paraíso mental, para encontrar respuestas, y salidas a interrogantes difíciles de responder en pocos minutos. El problema era que Jeil estaba acostumbrada a pensar en sus problemas durante unos cuantos segundos para luego seguir con la actitud pueril que siempre había tenido.

- ¡Ahhh, ahhh, las vueltas, las vueltas! - confirmó su actitud Jeil, mientras Lile navegaba en su vigésima octava mente, la que estaba segura de todo lo que sucedía en la realidad consciente.
- Tranquila, es parte de la vida todo esto.

- Sí, pero igual... tengo que arreglar esto, para ir más allá.

- Tú misma lo has dicho, así que HAZLO.
- Ahhh, ahh, trataré.

- Tú puedes porque tienes inteligencia, y eres sensible.

- Ya...

Mientras las emociones de Lile viajaban a 25 kilómetros por hora, las de Jeil lo hacían a 15. Las manos de los dos se tornaron azules y rojas, mientras caminaban despacio, y concentrados en el hecho de que el futuro era de y para ellos. "Aaalaaaa", sentenció Jeil, al darse cuenta de que todo sería difícil en una vida extraña, pero interesante. Lo más importante era que todo se equilibrara de tal forma que la existencia que habían elegido discurriera de un modo calmado, pero responsable. Eran parecidos, y, por esta razón, se ayudaban, a pesar de los abismos emocionales que había entre sus cuerpos jóvenes.

Ella lo abrazó como cuando se "conocieron", y decidieron quererse para siempre. Jeil nunca imaginó que todos sus paraísos mentales se abrirían por el bien de sus emociones, y la sociedad. "Asu, ya, pues", concluyó la noche de soledad en que mientras unos cigarrillos avanzaban en sus manos transparentes, ella analizaba su situación y tomaba decisiones, para llegar a lo que otras personas habían decidido: ser felices de un modo equilibrado, y distinto.
























Mateo sin recreo (las computadoras llamaban)


Mateo jamás tuvo recreos, según las mujeres virtuales, y reales que se movían entre las dos existencias mencionadas. "No, pues, no quiero", sentenciaron unas palabras duras de alguien que no quiso ser incluida en este nuevo cuento raro, pero con explicación para las personas que andan en su décima octava mente.



Músico ezquizofrénico (tradicional)


Él era un músico que tenía problemas mentales. A pesar de esto, caminaba sin que la inseguridad lo transtornara, y lo pusiera de mal humor. "Mucha huevada, mejor pienso en otra cosa", concluyó el día en que decidió pensar más que muchas personas que sólo lo querían ver en un manicomio.


Él quería hacer música, pero su cabeza quería esconderse, porque sentía que el resto no merecía lo que el había aprendido en la Universidad de la Vida. La justicia, el cambio, y la soledad lo motivaron para que él fuera a los lugares a los que siempre quiso ir. Sus ideas no coincidían con las de la mayoría, y eso lo molestaba, porque no le parecía justo que los demás no se dieran cuenta (o no se quisieran percatar) de lo que realmente sucedía. Desde que era niño la conciencia social, y ambiental fue la que lo impulsó a no declinar con una humanidad que lo veía como un "loco", cuando era más racional que la mayoría.

"Solo debo expresarme", pensó la noche de soledad en que las notas musicales fueron más reales que nunca, y lo llevaron al punto material más alejado del universo con seres humanos que lo siguieron por pena, en el fondo, no por coincidencia ideológica.

La movida del balazo



La movida del balazo es una jugada literaria para abrir las mentes cerradas, y quemar casco, como diría un hombre muy recordado. Esto se desplaza como la bola que pateó Cubillas en algún mundial, y como el cerebro de todos los que fuimos más allá.

Balazo porque te doy lo que en el fondo quieres desde el saque. No necesito balas de verdad, sino palabras que hagan que tu décima octava mente sea libre, y feliz, Arkansas.




Arkansas porque es una jerga, y las jeringas son bacanes, cápsula.




Si no has entendido algunas cosas, te las explicaré al final de este texto, porque quiero que aprendas.




Pinto la cancha porque ella es más libre que un tigre en medio de la playa en que te desnudaste, y solo fuiste libre internamente.




Escribo así porque es la única forma de que veas más allá de los 250 000 kilómetros en los que viajaste desde que naciste.




Me expreso de esta manera para que puedas sentir, y pensar solo un poco más.


Esta vaina es así, porque la literatura es arte, y el arte es libre, causa.






PÍNTENME LA CANCHA.




El Mago (en) de la Sombra.

Explicación de las palabras y las frases "nuevas"



I) Casco: Cabeza, y mente.


II) Arkansas: Cansa, lo cual significa causa, solo que al revés. Es una jerga usada por los miembros del equipo de fútbol peruano Alianza Lima, para no hacerle publicidad no sólo a la escuadra Universitario de Deportes (los fanáticos de este equipo usan la palabra U para hacer alusión a su equipo), sino también a un grupo de jóvenes que se identifican con su equipo favorito. Además, la palabra Causa significa amigo (lo siento, Miguel, pero es necesario difundir esto, este titi).

III) Jeringas: Jergas; palabra usada en el Perú.

IV) Bacanes: Ideas, sentimientos, o situaciones buenas, y que aportan.

V) Cápsula: Causa, amigo.

VI) PINTAR LA CANCHA: Describir una situación determinada.

VIII) Vaina: Cuestión, y cosa. 

IX) El Mago (en) de la sombra: Mago porque me gusta hacer magia, y de la sombra porque vengo de ella. También estoy en ese lugar cuando es necesario, solo que mentalmente.

jueves, 25 de julio de 2013

Sección en resumen (para no “dar vueltas”)


Filosofía multidimensional a niños con un lenguaje sencillo

Si a un niño se le habla de Jesús, Buda, Mahoma, etc. desde sus primeros años de vida, no solamente se puede crear en él bastante espiritualidad desde que es niño, sino, además, una conexión fuerte con otras personas que piensen parecido a él, y, a final de cuentas, una relación sólida con un elemento superior a ese niño que, para empezar, lo sienta por lo que genera el tener sentimientos hacia algo más grande que uno. El hecho de descubrir que ese ser superior a él es el creador de la vida sería el punto de partida para que pudiera desgranar su propia concepción con respecto a todo lo relacionado con qué fue necesario, en términos de perfección, porque sin ella, no habría existencia per sé, para que apareciera la vida.

El futuro del dinero por degradación planetaria, y humana

El dinero, sea visto como un medio, o como un fin, perderá el valor que tiene actualmente, cuando haya grupos de personas viviendo solamente en el campo por las condiciones totalmente adversas (contaminación totalmente extrema, caos absolutamente generalizado, etc.) que habrá en las ciudades
(caos visto como falta de armonía en todos los aspectos de la vida humana).

Círculo virtuoso, parecido al del infinito por su perfección (y llamativo por ello)
Lo que realmente se adecúa a cada persona, para así dar lo mejor de sí a la sociedad y a sí mismo depende de lo que hace ese individuo, para aportar a quienes quieran compartir experiencias con él, y aportarse a sí mismo, para así cerrar el círculo virtuoso de la integridad. Para ello, necesita el suficiente balance entre sentimientos e ideas positivas, para buscar bastante felicidad en su vida que le haga encontrar, desde un momento determinado por sus acciones, la plenitud que sólo dependerá de ese sujeto mantener, mientras las situaciones positivas se plasmen fruto de su esfuerzo previo, con el paso del tiempo.

Humildad, transparencia, y vivencias que se plasman: seres no perfectos, pero sí reales
Pensamiento simple: los que menos se quejan de los que hacen pocas cosas a costa de los demás son los que viven más libres de sentimientos e ideas negativas (en todo caso, solamente los perjudica poco social e individualmente).